Esto ya huele al final, y la impaciencia empieza un poco a hacer mella; los hitos kilométricos parece que no pasan tan deprisa. Si se hace muy pesado, lo mejor es hacer esta etapa en buena compañía. El sendero sigue pareciendo una montaña rusa, en la que se está deseando ver el albergue.
Hay quien opta por seguir este día hasta Monte d'o Gozo; pero desde aquí, con solo esforzarse un poco en adelantar la salida se puede llegar tranquilamente a la misa del peregrino en Santiago.
Lo que se oculta tras El Camino de Santiago
Hace 7 años
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